Leishmaniosis canina: conoce la enfermedad

 

¿Sabes qué es la leishmaniosis canina? A continuación te contamos todo lo que necesitas saber para proteger a tu perro de esta enfermedad.

La leishmaniosis es una enfermedad que puede afectar a perros, humanos y en algunos casos a gatos. Está producida por un protozoo parásito del género Leishmania que es transmitido por la picadura de mosquitos flebotomos infectados por el parásito. La leishmaniosis es una enfermedad zoonótica, es decir, que afecta a los animales y a las personas. En la mayoría de los casos la leishmaniosis se presenta de forma subclínica en personas y el propio sistema inmune se ocupa de detener la progresión de la enfermedad, pero en personas inmunodeprimidas un porcentaje pequeño de casos puede llegar a desarrollar la enfermedad.

Hablamos de leishmaniosis canina cuando la enfermedad afecta a los perros, en los que puede presentarse como una forma visceral que afecta a los órganos internos o una forma cutánea que afecta a la piel. Ambos tipos comprometen gravemente la salud de tu perro si no se tratan a tiempo. La leishmaniosis canina se considera una enfermedad crónica que requiere tratamiento y revisiones periódicas. La curación completa es muy difícil y la mejor forma de luchar contra la enfermedad es la prevención y el diagnostico temprano.

Es importante destacar que la enfermedad sólo se contagia a través de la picadura del mosquito flebotomo infectado, por tanto es fundamental prevenir las picaduras para proteger a la población de riesgo y a nuestras mascotas.

¿Cómo prevenir la leishmaniosis canina?

Como ya hemos visto, la única vía de contagio de la leishmaniasis es la picadura del mosquito flebotomo infectado. Si tu perro se contagia, que se desarrolle o no la enfermedad dependerá de la capacidad de respuesta de su sistema inmunitario. Por tanto, prevenir la enfermedad se centra en dos puntos fundamentales:

1. Evitar la picadura del flebotomo:

Los flebotomos son mosquitos pequeños, de unos 2-3 mm de tamaño, y de vuelo silencioso. Sólo las hembras se alimentan de sangre y contagian la enfermedad. El flebotomo está presente prácticamente toda la península ibérica, prefiere las zonas húmedas y se activa principalmente al atardecer siempre que las temperaturas superen los 18°C y no haya viento ni lluvia. Actualmente existen en el mercado diferentes productos que actúan como repelentes contra estos mosquitos evitando las picaduras: pipetas, collares y difusores eléctricos de insecticida para el hogar. Ten en cuenta el tiempo de acción de estos productos, los collares suelen durar algo más pero las pipetas de forma general son eficaces durante un mes, renuévalos según te indique el veterinario o no servirán de mucho. Así mismo, evitar los paseos al atardecer y poner mosquiteras en casa es otra buena forma de proteger a nuestras mascotas frente a esta enfermedad.

2. Potenciar la respuesta del sistema inmune frente al contagio:

A pesar de todas las medidas de barrera ninguna es efectiva al 100% y a veces no es posible evitar la picadura del flebotomo. En ese caso, la primera defensa de tu perro frente a la enfermedad es su propio sistema inmune. Existen diferentes opciones para potenciar la respuesta inmune frente al contagio, y una de ellas es la vacuna de la leishmaniasis. Esta vacuna se administra en tres dosis durante el primer año y luego es necesaria una dosis anual para mantener su eficacia. Consulta a tu veterinario, el te indicará si es recomendable administrar la vacuna y te informará de todas las opciones disponibles para luchar contra esta enfermedad y proteger la salud de tu perro.

¿Cómo afecta la leishmaniosis a mi perro?

Una vez producido el contagio, si el sistema inmune falla en su intento de detener el avance del parásito aparecerán los primeros signos clínicos de la leishmaniosis canina. Un elevado porcentaje de perros afectados presentarán alteraciones cutáneas con pérdida de pelo, crecimiento exagerado de las uñas, tendencia a las hemorragias siendo frecuente la hemorragia nasal, ojos lagrimosos y enrojecidos, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor articular e intolerancia al ejercicio. El avance de la enfermedad puede producir emaciación y finalmente fallo renal.

¿Cómo cuido a mi perro con leishmaniosis?

Actualmente, aunque no existe cura para la leishmaniosis canina sí existe tratamiento. Un elevado porcentaje de perros consigue controlar el avance de la enfermedad y disfrutar de una excelente calidad de vida durante muchos años. Tu veterinario te recomendará la opción de tratamiento más adecuada para tu perro y te informará de las revisiones y chequeos necesarios para controlar la enfermedad.

Aunque tu mascota ya esté infectada es necesario que sigas protegiéndola contra las picaduras de flebotomos para evitar posibles contagios al resto de la población.

Por último, la alimentación juega un papel fundamental para mantener la salud de tu perro con leishmaniosis. Un alimento fresco y rico en antioxidantes, proteínas de elevada calidad, bajo en fósforo y enriquecido con ácidos grasos omega 3 y 6 ayudará a proteger sus riñones, mantener la masa muscular y potenciar su sistema inmune.

Y recuerda, la clave para luchar contra la leishmaniosis canina está en la prevención y en el diagnóstico temprano. Si se trata a tiempo, un perro con leishmaniasis puede llevar una vida completamente normal y dar tanto cariño como cualquier otra mascota. 

 

 

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