CÓMO SE EXPRESAN LOS PERROS
Los perros, para comunicarse utilizan todo su cuerpo. Para aquellos que convivimos con uno o varios peludos, conocer como se expresan está más que recomendado.
Al igual que las personas, los perros emiten muchas señales y se comunican a través de su postura corporal. Para poder interpretar correctamente lo que nos están indicando, es fundamental no fijarse solo en una parte de su cuerpo (por ejemplo la cola), sino en el conjunto de las distintas partes del cuerpo y cabeza.
A la hora de comprenderlos mejor nos puede resultar muy útil conocer las señales que van emitiendo cuando se enfrentan a una situación incómoda. Comienzan con señales sutiles y si no se “soluciona” el problema, se vuelven más evidentes hasta acabar en una agresividad. Según el grado, las podemos dividir en diferentes partes.
Comienzan realizando comportamientos de desplazamiento como rascarse u olfatear el suelo. Un ejemplo sería cuando vamos paseando con nuestro perro y hay una persona que se está acercando de forma muy directa, algo que le puede resultar intimidante a nuestro peludo. En esos momentos es muy frecuente observar como baja un instante el hocico al suelo olfateando o haciendo que olfatea. También se observa mucho en las interacciones con otros perros en el parque.
Después pasaría a emitir señales de calma, conductas que indican que se encuentran incómodos en una situación. El concepto de señales de calma lo introdujo la adiestradora Turid Rugaas y es muy utilizado actualmente en el mundo de la educación canina. Algunas de estas señales son girar la cabeza, bostezar, alejarse, lamerse los belfos... Podemos comprobar fácilmente este comportamiento cuando intentamos sacarle una foto a un perro. A muchos de ellos esa situación les resulta extraña (nosotros en una postura un poco rara y estática, con algo delante de la cara) y empiezan a girar la cabeza, relamerse, etc.
Si detectamos estas señales, nuestra recomendación es retirarlo de esta situación, pero si continuara, pasaría a realizar señales de estrés. Son señales más reconocibles como jadear, abrir mucho los ojos, sacudirse, incluso erizarse. Después dejaría unos instantes de emitir señales, preparándose para tomar medidas, cerrando la boca y quedándose completamente quietos y finalmente atacaría.
Conociendo su lenguaje podemos prevenir problemas y entenderlo mejor, pero si por el contrario se ignoran sus señales, dejará de emitirlas, al no resultar útiles y podrá atacar sin previo aviso. Por tanto además de educar a nuestros perros, debemos conocer su lenguaje para mejorar así nuestro entendimiento mutuo.