Todos los que tenemos perro sabemos lo importante que es la comunicación entre perros y humanos y que es algo imprescindible para que las relaciones con nuestras mascotas sean lo más fructíferas y saludables.
Los perros no hablan, pero no necesitan hacerlo para comunicarse. Al contrario que nosotros, que, a través de órdenes verbales o gestuales, sabemos hacerles llegar nuestras intenciones o deseos, los perros tienen otro tipo de lenguaje que también es conveniente que sepamos identificar y comprender para avanzar y profundizar en nuestro trato con ellos.
Conocer el lenguaje de un perro es algo que no se hace de la noche a la mañana. Es más, es un proceso que durará toda la vida pero que, con la paciencia y atención adecuada, dará sus frutos poco a poco.
Lo primero de todo en la comunicación entre perros y humanos es observar al perro, tanto en sus gestos corporales y miradas, como en sus reacciones ante los nuestros y nuestras palabras. Hay que entender que, para un perro, nosotros somos como otro animal, y él traduce en su propio lenguaje nuestros gestos o movimientos. Por lo tanto, es recomendable prestar atención a cómo responde ante nuestras acciones y, en caso de que la reacción no sea positiva, tratar de evitar hacerlas de esa manera, o tan visibles para él, con el fin de que no se sienta incómodo o pueda llegar a sentir ansiedad o angustia.
Un perro contento es fácil de identificar con pocos conocimientos sobre su lenguaje corporal. Normalmente, los perros contentos suelen mostrarse relajados, balanceando la cola y con las orejas erguidas o reposadas. Es probable que, si quieren jugar o quiere recibir caricias, se acerquen y se froten con su parte trasera, o incluso te pidan atención acercando su pata o intentando apoyar sus patas delanteras en tus piernas. Esto es muestra de que el perro está contento porque se siente seguro, confiado y relajado.
Si el perro apoya su pecho en el suelo con las patas delanteras estiradas, aunque pueda parecer una posición dominante y atacante no lo es; simplemente quiere jugar. A esta postura se le suele llamar la reverencia del juego, y es un claro síntoma de las ganas de marcha que tiene nuestro amigo.
La mirada de los perros también es clave en la comunicación entre perros y humanos. Puede ser una manera de entender cómo es su estado de ánimo. Un perro con los ojos abiertos quiere decir que está contento y relajado, seguramente con ganas de jugar. Si el perro evita el contacto directo de la mirada, puede estar transmitiendo sumisión y respeto. Pero, si el perro tiene los ojos entreabiertos y las pupilas dilatadas, tal vez esté mostrando un sentimiento de agresividad, lo cual suele ir acompañado de una mirada fija y desafiante.
De manera similar, los gestos y posturas de su boca también son bastante transparentes. Un perro con la boca abierta y sonriendo ya sabemos que está deseando algo de diversión. En cambio, un perro que muestra los dientes, seguramente se sienta atacado o con ganas de atacar. Y, cuando bosteza, es porque se siente cansado o estresado. Por eso, si tú bostezas delante de tu perro, él entenderá que quieres estar solo y es probable que se aleje, porque los perros siempre traducen nuestros gestos en su lenguaje.
Los perros son unos grandes receptores de sensaciones y de gestos, y pueden replicar el estado de ánimo de sus dueños sin que éstos lo pretendan deliberadamente. Es decir, si estás nervioso o enfadado, y te expresas libremente de tal manera, el perro lo entenderá y es probable que también se ponga nervioso o alterado.
Además, a los perros hay que educarlos para que no malinterpreten gestos o acciones que no pretendemos que sean agresivas o negativas. Por ejemplo, a los perros muchas veces no les gusta que los cojan en brazos, ya que se pueden sentir oprimidos, o como una presa de caza. También, aunque les gusten las caricias, muchos de ellos no están acostumbrados a que les rasquen o toquen la cabeza, y esto les puede hacer enfadar, sobre todo si no tenemos confianza con ellos.
Por último, también hay que saber cómo corregir los malos comportamientos de los perros, que nunca han de ser a través de castigos o reprimendas, principalmente porque los perros no lo entienden. La mejor manera para que un perro actúe correctamente es a través del refuerzo positivo, dándoles un pequeño premio cuando hacen bien las cosas, o cuando no hacen las cosas mal.
Recuerda, en este tipo de relaciones, sois dos los participantes, y comunicarte con tu perro te llevará un tiempo. Sé paciente, respetuoso y cariñoso, y los resultados llegarán.