La endocrinología animal es la parte de la medicina que estudia y trata sobre el sistema endocrino o, en otras palabras, el funcionamiento de las glándulas que segregan hormonas cuyos efectos inciden en el funcionamiento de distintos órganos, en nuestro caso, de los animales. El exceso o el defecto de estas hormonas puede alterar la salud de nuestras mascotas y, en los peores casos, provocarles graves enfermedades y trastornos.
El sistema endocrino regula el metabolismo y el crecimiento de los animales, y cualquier malfuncionamiento puede alterar su salud y su desarrollo. Por esta razón, la endocrinología animal es un área de la veterinaria que merece una gran atención y seguimiento, con el fin de asegurar la calidad de vida de nuestras mascotas.
Entre las glándulas que estudia y cuida la endocrinología animal se encuentran la glándula pineal, la glándula pituitaria, el páncreas, los ovarios y testículos, la tiroides, la paratiroides, el timo y las cápsulas suprarrenales. La endocrinología animal también presta especial atención al hipotálamo, que es una zona del cerebro que regula la liberación de hormonas de la glándula pituitaria.
Las enfermedades relacionadas con el sistema endocrino de los animales domésticos, especialmente de perros y gatos, se derivan de los fallos en cada una de esas glándulas.
Las patologías más frecuentes relacionadas con la glándula pituitaria, también llamada hipófisis, son la diabetes insípida, el enanismo hipofisiario y la acromegalia. Estas dos últimas se deben a un defecto o exceso en la producción de la hormona del crecimiento, y han de ser siempre tratadas por el veterinario para que pueda establecer un tratamiento adecuado.
También es común que nuestras mascotas sufran de hipertiroidismo, muy frecuente en gatos adultos. Les provoca una alta actividad e incluso agresividad, así como un aumento considerable de la glándula tiroides. Pero si, en lugar de un exceso de hormonas, hay una segregación menor de la habitual, puede derivar en hipotiroidismo, que acabará provocando sobrepeso y debilidad muscular, entre otros síntomas, lo cual se suele tratar mediante el suministro de tiroxina.
Las mascotas pueden sufrir también diabetes, aunque lo más normal es que sean de distinto tipo en perros y gatos. En el caso de los canes, la diabetes suele ser insulinodependiente, que requerirá la administración de insulina de por vida. Por su parte, en los gatos se presenta más frecuentemente la diabetes no insulinodependiente, que se produce por la resistencia a la insulina y que es reversible mediante un cambio de hábitos y dietas en la mayoría de los gatos.
Estas son las patologías más comunes relacionadas con la endocrinología animal, aunque está claro que no son las únicas, ya que los trastornos hormonales pueden ser muy variados y molestos para nuestros pequeños amigos. De todas maneras, sea cual sea el caso, si detectas alguna anomalía en el comportamiento o el desarrollo de tu mascota, no dudes en acudir a una clínica veterinaria especializada en endocrinología animal para que puedan tratar a tu pequeño amigo y solventar cualquier problema que le afecte.